La maqueta de Alcalá de Henares, de las mismas manos que la maqueta de la Habana

Hola! Acaba de exponerse en el Rectorado de la Universidad de Alcalá de Henares la maqueta del Casco Histórico de la ciudad complutense, cuyo autor es el cubano Orlando Martorell, destacado maquetista que cuenta en su haber con más de dos mil maquetas a lo largo de sus 75 años de vida...se dice fácil.

Estará a vista del público durante una semana, quizás me pase y traiga algunas fotos, pero les dejo este reportaje que habla por sí mismo, y permite ver Alcalá "a vista de cigueña"....ellas también están en la maqueta!

Alcalá a vista de cigueña...

Tiene manos de artista, lo que es en realidad, sensibles y minuciosas y unos ojos que rezuman sabiduría. Orlando Martorell (1932) es cubano, de Ciudad de la Habana. Es maquetista, aunque esto implica saber de carpintería, de arquitectura, de soldadura, de encuadernación. Es un "creador" y como tal, ha levantado una ciudad en miniatura de madera, cartulina, pegamento, plástico y pintura que le ha llevado, con ayuda de su familia, tres años de trabajo. Un trabajo 100% artesanal.

La maqueta del centro histórico de Alcalá fue solicitada como proyecto en el 2003 por la Universidad Cisneriana de la UAH comenzando así el periplo de Martorell en España. Acompañado siempre por su inseparable Dulce María "esposa y ayudante" como la define el artista, actualizan ahora la maqueta. La ciudad ha cambiado: hay cúpulas nuevas, aparcamientos ya terminados, e incluso cambios que están en proyecto pero que Orlando ya prevé y está poniendo en marcha en esta Alcalá liliputiense. “Es un trabajo continuo. Cuando una ciudad cambia tanto y queremos que sea fiel, es necesario seguir construyendo. La última actualización ha sido el nuevo aparcamiento de la Paloma. Creo que ha quedado bastante bien”Desde que en los años 50, Orlando Martorell se graduara en la Escuela Superior de Artes y Oficios de La Habana, como si de una barita mágica se tratase, sus manos y su ingenio han convertido lo grande en pequeño y lleva ya, a sus espaldas, más de dos mil maquetas realizadas. Entre ellas cabe destacar una espectacular Ciudad de La Habana, utilizada como reclamo turístico por su majestuosidad, construida a escala 1:1000, que abarca una superficie total de 144 metros cuadrados, lo que equivale a 144 kilómetros cuadrados de representación.

Los Reyes de España también pueden presumir de tener una réplica de El Paraninfo de la UAH. En 2005 tras la entrega de los Premios Cervantes, Orlando y Dulce María se acercaron a sus Majestades y le obsequiaron con una pequeña, gran obra de arte. El trabajo de un maquetista."Para empezar una maqueta urbanística recopilo todo tipo de documentación" explica Martorell. "Fotografías de cada fachada; recorridos anotando cada detalle de los edificios; planos generales a escala de trabajo, donde aparecen topografías; foto aérea para ver los diferentes tipos de tejados, torres, chimeneas, patios, áreas verdes". Cuando lo tiene todo, el maestro "ve la maqueta en la imaginación" y comienza a plasmar la esencia y la magia de la ciudad.Cuatro tableros de 4x6 metros (24 metros cuadrados) conforman el puzzle y, sobre ellos, la reproducción del casco antiguo y algunos edificios más de propina, a escala 1: 300.

El colorido es algo espectacular, al minimizar los edificios el ojo humano ve tonos marrones y ocres que se entremezclan y se confunden. En la maqueta el pigmento se aviva y hace que la ciudad se ilumine y tenga vida (aunque no haya ni una sola alma por las calles). La Plaza de Cervantes mide 15x65 centímetros y el Patio de Santo Tomás de Villanueva, nueve centímetros. Un total de nueve kilómetros cuadrados de edificación antigua, de historia, minimizados, es su regalo para nuestros sentidos.Tiene tal grado de detalle que nos permite contemplar, como si fuéramos auténticos titanes, las plazas, los parques, las torres altas, las murallas, la Catedral, las calles adoquinadas, los toldos, las vidrieras en comercios, los carteles, los soportales de la calle Mayor.

Si agudizamos la vista, so pena de no tener catalejos, divisamos incluso a Don quijote y Sancho sentados en el banco, en frente de la Casa Natal de Miguel de Cervantes. En lo alto de las torres, se encuentran los nidos de cigüeña con sus respectivas propietarias, los únicos seres vivos representados en la maqueta. Gracias a la obra de Martorell nuestros ojos no tienen nada que envidiar a las cigüeñas y podemos curiosear las altas cumbres de la ciudad como lo harían ellas, tejado por tejado sin montar en globo, ni visitar Google Earth.

Fuente: Diario Digital de la Universidad de Alcalá