miércoles, 9 de abril de 2008

Un acto de bondad sorprendente…

En las crónicas diarias hay temas repulsivos, violentos, que impactan negativamente, pero a veces también se tropieza uno con verdaderos actos de altruismo y bondad que vale a pena difundir. Una señora de 60 años donará hoy uno de sus riñones, mediante una doble operación en el hospital Clínic de Barcelona, a un hombre de 44 años que no conocía, sometido hace tiempo a tratamiento de diálisis.

Su padecimiento renal es de nacimiento y estaba viviendo desde los 20 años con un riñón que le había donado su madre, el que le funcionó bien sólo hasta los 33. Dependiente ya de diálisis hace años, el enfermo decidió hablar de su caso en un programa regional de radio. La señora, que se llama Gregoria Ruiz, estaba escuchando el programa y ahí mismo llamó para ofrecer uno de sus riñones…sin conocerlo!!! “Es triste que alguien muera porque falte un órgano” es lo que dijo. Su marido y sus hijos la ha apoyado.

Desde entonces empezaron las pruebas, porque para que un trasplante de riñón se haga con éxito es necesaria una compatibilidad que a veces veces no se da ni entre familiares. Juan Pedro está casado y tiene tres hijos. Y lo más sorprendente aún para todos - los primeros sorprendidos son los médicos - es que las pruebas a Juan Pedro y Gregoria han dado como resultado que son 100% compatibles! Parece cosa de películas, pero es la vida real, en la que las casualidades a veces se ponen de lado de las buenas causas para ayudar a que los milagros pasen. De ser antes dos desconocidos, ahora Juan Pedro y Gregoria son amigos que esperaban esta mañana a ser operados para regalar el bien más importante: la vida. Este será el primer trasplante de riñón que se practica entre personas vivas que no son parientes.


Una verdadera suerte para Juan Pedro (mucha gente muere esperando el necesario órgano que nunca llega) y un ejemplo de las buenas personas que aún hay en este mundo.
Me quito otra vez el sombrero…y desde aquí deseo que haya salido bien hoy la operación, para ambos...

2 comentarios:

Iván dijo...

Yo también me quito el sombrero.
Imaginan el amor y el sentimiento de humanidad de esa mujer.
Son los actos que no dejan de asombrarnos.
Quien pudiera no desear que todo les haya salido bien???

El isleño dijo...

impactante... tamaña muestra de solidaridad me deja mudo...

no puedo menos que inclinarme, respetuosa y humildementemente, ante esa señora.